Bañera: una historia no contada

Bañera: una historia no contada

Mar 09, 2020Alessandro Ursino

HISTORIA

 
La primera bañera se remonta al año 17 a.C., en la antigua Grecia, concretamente en el palacio de Cnosos, en Creta, y estaba equipada con un sistema de agua increíblemente avanzado para la época.

Cuando el contacto entre griegos y romanos se intensificó en el siglo III a.C., la bañera se introdujo rápidamente en el imperio.

El concepto de inmersión en la bañera formaba parte de un ritual social: era la última etapa del baño de vapor y se consideraba una actividad pública, un punto de encuentro de personas destacadas que acudían a los baños públicos para hablar de política y cultura.

La revolución tuvo lugar siglos después con la invención de los primeros sistemas de difusión de agua corriente en las casas que permitieron la difusión del baño a gran escala, en concomitancia con la progresiva desaparición de los baños públicos.

En algunos países orientales, como Japón, el baño público siguió siendo una actividad ritual y de convivencia durante siglos y todavía se practica con fuerza en el contexto cotidiano, como las costumbres de los antiguos romanos.

En cuanto a la estructura, si en los primeros tiempos los baños se construían en piedra o madera, a principios del siglo XIX los materiales preferidos eran el zinc, el cobre y el hierro fundido, con algunos modelos en piedra; más raramente se utilizaban la arenisca y el mármol.

El peso de estas estructuras oscilaba entre los 25 kg de las de zinc y los 130 kg de las de hierro fundido o piedra.
Hacia mediados de siglo se introdujeron materiales como la porcelana y la cerámica, y sólo en tiempos más recientes ha aparecido la bañera de plástico.
 

LA HISTORIA DE LA BAÑERA DE HIDROMASAJE

 
Si la invención de la bañera no puede asociarse a un nombre y apellido claros, el creador de la bañera de hidromasaje es bien conocido: Cándido Jacuzzi.

La familia Jacuzzi, originaria de Friuli pero residente en California desde 1917, se dedicó al diseño de bombas, aviones y hélices hasta los años 70.

En 1956, el hijo menor de Cándido Jacuzzi desarrolló una forma grave de artritis reumatoide.

Tras comprobar que las sesiones de hidroterapia que el hospital ofrecía al niño tenían efectos beneficiosos evidentes, su padre decidió diseñar la primera bomba de inmersión que sintetizaba los efectos curativos de la hidroterapia.

Se trataba de una bañera dotada de un mecanismo de bombeo que permitía la producción de burbujas de masaje que daban al niño la posibilidad de continuar en casa los tratamientos propuestos por el hospital.

El invento permaneció en la familia hasta 1968, cuando Roy, miembro de la tercera generación de la familia Jacuzzi, se dio cuenta de su potencial y diseñó la primera bañera de hidromasaje que se comercializó.
Nace la J-300: una bañera con chorros integrados y sistema de hidromasaje.

A lo largo de la historia, los tanques han diferido en forma, materiales, funciones sociales y propósitos. Quién sabe cómo serán las bañeras del futuro.
 

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